lunes, 2 de noviembre de 2009

Paz interior, paz entremedia, y paz entre todos
La creación de la paz mundial se parece mucho a la consecuencia de la paz en la familia. Estamos aprendiendo a curar a las familias, y podemos utilizar este aprendizaje para curar al mundo. Nuestra familia mundial es disfuncional y, de hacho, funciona con los mismos problemas que afectan a cualquier otra familia disfuncional. En muchos gobiernos, el poder se concentra en una persona o papel; la identidad es percibida en términos de conformidad y obediencia, y la autoestima está sujeta a la aprobación de otra persona.
Me pregunto qué sucedería se de pronto, los cinco mil millones de personas que pueblan el planeta aprendieran los principios esenciales de vivir con congruencia:
 comunicarse con claridad.
 Cooperar en vez de competir
 Capacitar en lugar de subyugar.
 Fortalecer la exclusividad individual en vez de catalogar.
 Utilizar la autoridad para dirigir y alcanzar ´´lo adecuado´´, en vez de obligar a la obediencia mediante la tiranía del poder.
 Amar valorar y respetarnos plenamente.
 Ser responsable personal y socialmente.
 Utilizar los problemas como retos y oportunidades para encontrar soluciones creativas.
Creo que despertaríamos a un mundo muy distinto, un mundo donde la paz sería posible. Es solo cuestión de un cambio de conciencia. ¿Qué provocara que cada uno de nosotros cambie de mentalidad? Creo que esto ocurrirá cuando nos amenos y valoremos lo suficiente, y reconozcamos que somos seres espirituales.

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